sábado, mayo 13, 2006

La iglesia identifica el metal con el satanismo...

Y, ¿qué decir de los embrujados por la música rock? Se alocan escuchando música black metal o hard rock y después se dedican a violar tumbas y robar huesos. Veamos sino el testimonio de David Zanotti. David es un italiano de 30 años de edad que le gusta llevar el pelo largo. Se dedica a coleccionar macabras calaveras robadas en los cementerios. Desde los dieciséis años estuvo obsesionado con la música satánica, escuchándola diariamente de 6 de la tarde a 10 de la noche sin parar... Trastornado por estos ruidos, ingresó a la secta Bambini di Satana (Niños de Satanás) por cien mil liras. En el “bautismo” de iniciación, Dimitri, el líder del grupo, le ungió con su propia sangre en Bolonia; después celebraron una misa negra... Durante años se ha dedicado a presenciar todo tipo de sacrificios y orgías en la secta, y a robar tumbas en los cementerios... Ahora está arrepentido y pide perdón a los familiares de los muertos profanados. Una vida destruida a los 30 años, y todo empezó con la música rock...

Dentro de lo que cabe Marco Dimitri sale económico para los iniciados en el satanismo, porque la secta, también italiana, llamada Efrem del Gatto cobra 8 millones de liras por tramitar la venta del alma al demonio: seis para inscribirse en el grupo, y dos para ser bautizado. Y en qué termina el jueguecito de la venta al diablo... El caso de Manuela Cau, narrada por el periódico Il Tempo, puede iluminar un poco. Manuela tenía 20 años y, tras algún tiempo en una secta satánica, la nombraron sacerdotisa. Durante el mes de septiembre de 1996 intentó suicidarse tirándose del segundo piso de la habitación en la que vivía. En este caso todo quedó en un terrible susto y un trauma en el cráneo. Pero lo que Manuela buscaba era morir para encontrarse con su esposo Satán...

De hecho, Dimitri, el líder de los Bambini di Satana, ha estado arrestado en varias ocasiones por violación a jóvenes y abusos sexuales de niños en sus ceremonias. Incluso le han acusado de sacrificios humanos junto con otros dos líderes de la secta. Eso de los sacrificios satánicos no es comedia. En España, el Gran Chingón, que así se llama el líder de la secta la Hermandad de Satán, obliga a sus iniciados a comerse un corazón humano sobre el cráter del volcán Santa Margarita, cerca de Barcelona. Y en España se han detectado recientemente cuarenta sectas satánicas. ¿De dónde saca el Gran Chingón los corazoncitos para comer?

¡Vaya nueva era de religiosidad! Resulta que hace ya 2000 años Jesucristo envió una legión de demonios a una piara de puercos para que se precipitaran por un acantilado... y ahora, el diablito de cola roja y negra campea por nuestro mundo como Pedro por su casa... Ya dice el dicho que “más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Y se está tomando la revancha, pues ahora se dedica también a destrozar iglesias. El Corriere de la Sera publicaba el mes de abril de 1999 los ataques que los satanistas han perpetrado contra algunas iglesias católicas de Italia: el incendio de la iglesia de Santa María de la Asunción en Lecco, la profanación de la parroquia de Belledo y de desfiguración de iglesias en Acquate y Bonacinta. ¡Maldito diablo!

Esto es el satanismo. Esto hace el enemigo de Cristo y, por lo tanto, el enemigo de los hombres. Ojalá que ni la curiosidad por el nuevo satanismo, ni la atracción por la música metálica, ni el vacío existencial, ni nada, ¡nada!, sigan dejando al diablo rondar por ahí... ¡A los puercos! Ése es el lugar de Satán, ése, y no el corazón de los hijos de Dios. ¡A los puercos!


Fragmento extraido de aqui.
Como se notan que temen a su propia sombra.

No hay comentarios: